Cómo trabajamos: nuestro proceso en un proyecto típico

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A continuación explicaremos nuestro proceso detrás de un proyecto corriente. Aunque detallaremos el proceso detrás de una identidad de marca en este artículo, muchos de los pasos son los mismos (o al menos comparten algunas similitudes) para los otros tipos de trabajo que hacemos.

¿Por qué tener un proceso?

A lo largo de los años, hemos descubierto que un proyecto de marca funciona mejor con algún tipo de estructura interna. ¿Por qué? Por varias razones. En primer lugar, nos permite alinear las expectativas y comunicarnos eficientemente con el cliente e involucrarlo en el proceso desde el principio. Permite una mayor transparencia y concretamente una mayor confianza. Sirve como guía para ambas partes a lo largo del proyecto y ayuda a centrar los esfuerzos en las próximas tareas a realizar en proyectos grandes. Lo más importante es que nos permite seguir un camino juntos, estudio y cliente, y llegar juntos a una solución final. No hay sorpresas, no se muestran diseños finales después de meses de silencio que puedan diferir completamente de lo que el cliente tenía en mente. Si se cometen errores, se pueden resolver rápidamente, y si tomamos un camino equivocado, pronto podremos corregirlo. En definitiva, seguir el proceso permite obtener un producto final mejor, elaborado con una mayor claridad y con una mayor comprensión entre todas las partes de lo que todos estamos tratando lograr.

Por eso, el proceso es muy importante para nosotros y nuestra forma de trabajar. No recordamos haber intentado trabajar sin un método por completo. Es verdad que en alguna ocasión ha habido casos en los que hemos dado pasos en contra de nuestro criterio, a menudo para cumplir con una fecha límite poco realista o una petición de último momento. Nos hemos dado cuenta de que esto no beneficia a nadie; tiende a no dar como resultado el mejor producto final.

Es importante que ambas partes acepten la idea del proceso y por qué es necesario. Por lo general, esto se puede lograr en una reunión, en la que explicaremos lo que hemos descrito aquí.

1. Introducción y propuesta

Comenzamos cualquier proyecto potencial con una llamada de presentación. Hay ocasiones en las que analizamos las solicitudes y las rechazamos incluso antes de llegar a esta etapa, pero no son la mayoría. Es una etapa en la que ambas partes buscan ver si encajan bien el uno con el otro. Después de la llamada, nos tomaremos uno o dos días para considerar si queremos asumir el proyecto y, de ser así, prepararemos un PDF que describa nuestra propuesta y precios. Si llegamos a un acuerdo, firmamos un contrato que detalla exactamente qué trabajo se realizará y en qué fecha. Generalmente exigimos que se pague un porcentaje del total de la factura por adelantado antes de comenzar el trabajo.

2. Descubrimiento

La etapa de Descubrimiento es una extensión de la Introducción, pero esta vez profundiza en el negocio y los problemas del cliente. En el pasado, a veces nos saltábamos esta etapa dependiendo del presupuesto y los plazos del cliente, pero ahora estamos convencidos de que es un paso necesario. Dependiendo del tamaño del proyecto, puede tratarse de una reunión relativamente rápida o de un workshop completo. De cualquier manera, preferimos hacer esto en una sesión en vivo, en lugar de simplemente enviar una lista de preguntas por correo. Creemos que conduce a mejores respuestas y podemos ayudar a guiar la conversación cuando sea necesario.

3. Análisis del problema, sector, competencia

En algunos proyectos, es importante para nosotros investigar con mayor profundidad la industria del cliente, sus productos y sus competidores. Es posible que queramos probar la experiencia de usuario o el producto nosotros mismos; o aprender más sobre un área determinada para comprenderla completamente y poder desarrollar una solución al problema. Cuanto más comprendamos todas estas áreas, más aumentaremos la probabilidad de que el proyecto tenga éxito y tenga el impacto deseado.

4. Moodboards

Después de todas las reuniones introductorias y de descubrimiento/análisis, hay una fase de buscar referencias visuales tangibles para asegurarnos de que estamos alineados con el cliente en términos estéticos y de dirección conceptual del proyecto. Cierto es que algunas de estas referencias se mencionan en las reuniones iniciales, pero los moodboards nos permiten seguir avanzando. Nos permiten explorar en profundidad conceptos de arte y dirección creativa, libres de la logística y los recursos necesarios para la ejecución real. No tenemos una cantidad determinada de tableros que pretendemos crear cada vez, sino que confiamos en lo que parezca adecuado para cada proyecto y cada dirección. Algunas ideas son simples, otras más complejas. Algunas referencias sólo funcionan cuando se combinan con otras, mientras que otras hablan por sí solas y se entienden inmediatamente con una sola imagen.

5. Inicio del diseño, desarrollo

A estas alturas, normalmente tenemos ganas de empezar a trabajar en algunos diseños. Aunque tenemos algunos procesos internos que nos gusta seguir en esta etapa, siempre dejamos espacio para mucha experimentación (divergencia). De vez en cuando, habrá una idea persistente que nos sentiremos obligados a probar rápidamente. Y, a veces, tendremos que “quitar de en medio las malas ideas”, por así decirlo (convergencia). En cuanto a proyectos de ilustración, es en esta etapa donde comenzaremos a trabajar en bocetos para el feedback inicial de los clientes.

6. Rondas de entrega y feedback

En cada proyecto, nos gusta involucrar al cliente tanto como sea posible de manera realista y al mismo tiempo permitir períodos de trabajo ininterrumpido y concentrado. En algunos proyectos, este feedback podría ser más ligero y tener solo un par de correcciones; en otros podría ser más detallado y provenir del grupo de personas involucradas en la toma de decisiones.

Descubrimos que las rondas específicas de comentarios son la mejor manera de programar un espacio y un tiempo para que los clientes brinden comentarios organizados y de calidad. También nos permiten la libertad necesaria para la exploración creativa entre rondas.

7. Entrega final y lanzamiento de marca

Después de recibir la aprobación final, desarrollaremos pautas de marca pulidas y entregaremos todos los materiales de marca necesarios. A menudo es en este punto donde también comenzamos a trabajar en las etapas secundarias de un proyecto, por ejemplo, el diseño de productos, un sitio web, señalética, etc.

8. *Análisis de rendimiento, métricas, tests A/B, etc.

Cuando sea aplicable al proyecto (y cuando el presupuesto lo permita), es especialmente útil permitir un período en el que se puedan realizar modificaciones en función de la conversión u otras métricas relevantes, por ejemplo, el engagement del usuario. Las pruebas A/B pueden ser una forma de comparar el rendimiento entre dos diseños que de otro modo serían iguales. Podemos cambiar una variable específica, por ejemplo, imágenes destacadas o un titular, y luego medir los clics en una muestra de usuarios estadísticamente relevante. Luego podremos implementar el diseño ganador en producción o continuar con más pruebas.

Conclusión

Para algunos, seguir un proceso tan definido puede ir en contra de sus nociones preexistentes sobre el diseño y lo que significa ser creativo. Pero queremos desafiar esas ideas. Si bien es posible alcanzar soluciones sólidas sin un proceso definido, contar con uno aumenta las posibilidades de éxito de un proyecto. Genera confianza y alineación entre el cliente y el estudio, y puede terminar ahorrando tiempo a largo plazo. Para nosotros, creemos que es un win-win. ✦

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